Los jugadores comienzan con una civilización en la cúspide de su poder. El juego avanza a través de una serie de fases que varían a medida que progresas en el juego. Durante la fase de Desastre, los jugadores enfrentan una amenaza común como hambruna, inundación o bárbaros. El jugador que finaliza la subasta debe enfrentar el desastre, que arruina uno de sus territorios.

Con cada desastre que afecta a un imperio, su pueblo crece en sabiduría y resistencia. Al estilo del juego clásico moderno "No Thanks", los recursos apostados por todos los jugadores terminarán en manos del jugador que finalmente tome la carta de desastre. Ese jugador también obtiene una nueva habilidad, una innovación que refleja la capacidad de su imperio para adaptarse en tiempos difíciles.

Cada turno, los jugadores avanzan por una pista de progreso que dicta si enfrentarán un desastre u otro tipo de fase. Los jugadores pueden obtener nuevos recursos durante las fases de Producción, reconstruir territorios perdidos durante las fases de Industria y desafiarse mutuamente durante las fases Militares. Al final de la pista de progreso, el juego concluye y el ganador es la civilización con el mayor número de puntos de victoria. Los territorios intactos aportan puntos, pero las innovaciones y los éxitos militares pueden ofrecer formas alternativas de ganar.